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Los clientes de la Pescadería Oñate, en el Mercado de la Paz de Madrid, han vivido una experiencia insólita: mostradores casi vacíos, colas interminables y raciones mínimas. No se ha tratado de un fallo de suministro, sino de una acción la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar) para mostrar una realidad que viviríamos si dependiéramos exclusivamente de la pesca extractiva para cubrir la demanda mundial de pescado.
¿Cómo sería un mundo en el que no existiera la acuicultura? La acción de Apromar en el histórico mercado de la Paz en Madrid ha querido ilustrar sobre la escasez de pescado y visibiliza la importancia del sector. Se enmarca dentro proyecto Acuicultura de España, busca poner en valor una realidad que se suele dar por hecho: la posibilidad de comer pescado a diario. Una “suerte” que hoy tenemos gracias a la acuicultura.
Desde hace más de 30 años, la acuicultura se ha convertido en una pieza esencial del sistema alimentario. Actualmente, más del 50 % del pescado que se consume en todo el mundo procede de la acuicultura, un método de obtención controlado en ríos y mares que garantiza alimentos seguros, saludables y sostenibles para toda la población.
España lidera la cosecha acuícola en la Unión Europea, con más de 266.000 toneladas anuales y un valor en primera venta de 750,5 millones de euros. Lejos de ser una actividad desconocida o residual, la acuicultura es un sector estratégico que combina innovación científica con tradición pesquera, y que genera en España 8.200 puestos de trabajo directos y más de 40.000 indirectos según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, especialmente en zonas rurales y costeras.
Gracias a esta actividad, podemos acceder a uno de los alimentos más completos y saludables que existen: el pescado. Este superalimento natural aporta proteína de altísimo valor biológico y nutrientes esenciales e insustituibles. La acuicultura hace posible que este alimento, presente en la dieta mediterránea y atlántica desde hace siglos, siga estando disponible para toda la población actual y futura.
La acuicultura es, además, una de las formas más sostenibles y eficientes de obtener alimentos naturales. Presenta uno de los índices más bajos de emisiones de CO₂ por cantidad de proteína animal obtenida y requiere un consumo mínimo de agua dulce, lo que le otorga una de las huellas hídricas más reducidas de toda la producción alimentaria.
En España, este sector se desarrolla de forma responsable, liderando la cosecha en la Unión Europea y situándose como referente mundial en sostenibilidad, innovación y bienestar animal. Por ello, la acuicultura española es futuro por partida doble: garantiza el acceso a un alimento saludable y nutritivo, y lo hace protegiendo los recursos naturales que debemos legar a las próximas generaciones
Bajo el paraguas de “La verdadera suerte”, la acción en el Mercado de La Paz pone el foco en precisamente esa idea: en un mundo sin acuicultura, comer pescado sería un privilegio. En el nuestro, la suerte es contar con un modelo que garantiza acceso a un pescado sano, sabroso y sostenible, cada vez que queramos disfrutarlo.