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La deshumanización y la privacidad, principales preocupaciones de los españoles ante la Inteligencia Artificial, según el informe Panorama by Kantar.
Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, existen ciertos temores sobre su uso y la privacidad. Kantar ha preguntado por diferentes afirmaciones relacionadas con la Inteligencia Artificial y descubierto que, al igual que ocurría hace justo un año, las afirmaciones negativas cuentan con un mayor consenso que las positivas, aunque se observa mejora en las relacionadas con la IA como impulsora de la innovación y la productividad.
El aspecto que más preocupa a los españoles es la deshumanización de los servicios, afirmación avalada por el 67% de los españoles y que ha crecido 2 puntos en el último año. Le sigue la privacidad de los datos personales, una afirmación respaldada por casi 6 de cada 10 españoles
Por otro lado, no parece existir un consenso claro en cuanto a los ámbitos donde la IA va a mejorar nuestras vidas, de hecho, incluso los que más aceptación tienen no llegan ni a cuatro de cada 10 personas.
Se trata de las áreas de Transporte y Movilidad, Salud y bienestar y Trabajo y productividad, tres áreas en las que más del 30% de la población creen que la IA puede mejorar sus vidas de manera más significativa, por lo que podrían tener menor resistencia a la introducción de la Inteligencia Artificial.
Curiosamente, Compras y Retail, un área donde se están implementando mejoras y aplicaciones de IA no es vista como un entorno en el que se vaya a percibir una mejora de la vida del consumidor.
Durante el tercer trimestre del año, la percepción de los consumidores sobre el entorno económico del país se mantiene sin grandes variaciones, lo que se ve reflejado en la estabilidad del Índice Panorama by Kantar, que mide la confianza del consumidor español.
El contexto actual sigue siendo ambiguo. Por un lado, el PIB continúa creciendo, aunque a un ritmo más contenido, se observa una bajada de los tipos de interés y se estabiliza la inflación general. Pero, por otro lado, persisten señales de debilidad, como la inflación subyacente, que continúa en niveles elevados.
Como en previos trimestres, la situación geopolítica actual es compleja, con tensiones internacionales que continúan afectando la evolución de los precios energéticos, la confianza empresarial y las decisiones de inversión, contribuyendo a un entorno económico marcado por la incertidumbre.
La combinación de estos factores lleva a los consumidores a ser más prudentes en su valoración de la situación actual, tanto en sus expectativas y decisiones económicas, pero con cierta positividad en muchos de los indicadores.
Esta visión optimista también se percibe a nivel micro y vemos cómo, aunque las perspectivas siguen siendo conservadoras, la confianza mejora ligeramente, especialmente de cara a los próximos meses. A su vez, la capacidad para cubrir los gastos mensuales y de ahorro de los hogares se mantiene estable, aunque cabe destacar que, en el último año, el porcentaje de personas que llegaban a fin de mes de forma holgada se ha reducido 6 puntos.
Se mantiene una percepción estable sobre el empleo, con bajo riesgo percibido de pérdida personal y sin grandes cambios en sus expectativas, a pesar de los avances en contratación y descenso del paro registrado. Por otro lado, la valoración del momento actual para realizar compras se mantiene sin cambios.