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La innovación se consolida como un factor decisivo en el gran consumo en España, especialmente en los sectores de alimentación, bebidas y cuidado personal.
Un reciente estudio elaborado por la consultora global de investigación de mercados Appinio analiza las preferencias del consumidor español en torno a la innovación en los sectores de alimentación, bebidas y cuidado personal. El objetivo es entender cómo influyen los atributos innovadores en las decisiones de compra y qué factores condicionan la adopción, fidelización y abandono de productos reinventados.
El informe revela que el 80% de los consumidores está dispuesto a probar productos innovadores, especialmente si aportan beneficios para la salud, mejoran la calidad percibida o introducen ingredientes más naturales. No obstante, el significado de “innovación” varía según la categoría: mientras en alimentación se asocia a nuevos productos y versiones más saludables, en cuidado personal se vincula con ingredientes libres de tóxicos, calidad funcional y facilidad de uso.
A pesar de ello, persiste una desconexión entre las motivaciones declaradas y las decisiones reales de compra. En alimentación y bebidas, los factores más determinantes son los beneficios saludables (61%), la mejora de calidad (54%) y la experiencia sensorial (50%). En cuidado personal, la salud vuelve a liderar (63%), seguida de la calidad (55%) y la practicidad (51%).
Los consumidores españoles incorporan una media de dos productos innovadores al año en ambas categorías. La experiencia de uso es un factor decisivo en su permanencia. En cuidado personal, cumplir las expectativas es el principal criterio de fidelidad (62%), seguido del precio (58%). En alimentación, en cambio, el precio se sitúa como primera razón de abandono (69%), por delante del incumplimiento de expectativas (56%).
Una de las principales barreras de acceso detectadas en ambos sectores es la falta de disponibilidad en puntos de venta, con un impacto del 32% en cuidado personal y del 34% en alimentación y bebidas.
El estudio señala que el consumidor valora la posibilidad de ver y probar el producto antes de adquirirlo: un 47% lo prefiere en alimentación y bebidas, y un 44% en cuidado personal. Le siguen la publicidad en TV, la visibilidad en tienda y las recomendaciones de personas cercanas.
Además, un 38% de los compradores investiga previamente los productos alimentarios, y un 47% lo hace en productos de cuidado personal, lo que indica un enfoque cada vez más racional y pragmático hacia la innovación.
Según Appinio, estos resultados permiten a las marcas diseñar estrategias de innovación más alineadas con las expectativas reales del consumidor. “Los consumidores saben lo que es la innovación y la conectan con lo que las marcas comunican”, explica Teresa Martos, directora general de Appinio España. “Esto requiere una investigación profunda, diferenciación válida basada en atributos clave y una ejecución coherente tanto en canal retail como digital”.
En definitiva, la innovación eficaz en gran consumo pasa por equilibrar propuesta de valor, beneficios funcionales y accesibilidad económica, sin perder de vista la conexión emocional y la autenticidad de marca.