Especial 8-M, mujeres y liderazgo: Eroski es la única empresa de gran distribución comandada por una mujer

• En la semana del 8M, queremos saber de primera mano cómo es la percepción del liderazgo femenino visto desde las propias mujeres que ocupan cargos de responsabilidad. ¿Cómo lo ve en la gran distribución?

Rosa Carabel, CEO de Eroski. El sector de la gran distribución es un sector feminizado, sobre todo en la base. En nuestro caso somos más del 80% mujeres, ese porcentaje se va ajustando a medida que avanzamos en el organigrama de la empresa, y en los niveles directivos y de gestores somos el 46% mujeres. De hecho, es curioso que yo sea la única mujer que ejerce la máxima responsabilidad en una empresa de distribución en España. Estoy convencida de que esto es solo una cuestión de tiempo. Percibo que las mujeres venimos pisando fuerte y estamos dispuestas a asumir responsabilidades y retos.

• Ser pionera en dirigir una gran empresa de distribución da margen a pensar, y con razón, que las cosas van cambiando. ¿Qué desafíos quedan por cumplir desde su punto de vista?

Los desafíos desde mi punto de vista son culturales. Porque hoy el acceso a la formación es universal, el talento, las capacidades y las competencias no son cuestión de género, pero todavía vivimos en una sociedad, donde la corresponsabilidad fuera del hogar no se asume como debería y seguimos con la creencia (incluso nosotras mismas) de que los cuidados son nuestra responsabilidad. Todo ello hace que las jornadas laborales de muchas mujeres se multipliquen por dos.

Si atendemos a las excedencias o las reducciones de jornada por cuidados veremos que son solicitadas en un 95% por mujeres, cuando lo que está claro es que los cuidados no son un asunto exclusivo de mujeres.

• Miremos al futuro, ¿ve a las próximas generaciones más preparadas para romper el techo de cristal?

Yo lo veo claramente. Las nuevas generaciones ya se han educado en una cultura más integradora, donde los valores de igualdad y solidaridad son más evidentes. Esa quizá es la gran diferencia con generaciones anteriores. No obstante no podemos perder de vista que hay mucho trabajo por hacer, y las empresas somos responsables de contribuir a la desaparición de este techo de cristal. Apostando claramente por la igualdad de derecho y oportunidades, que redundará en el triunfo del talento y las capacidades por encima de cualquier otra cosa. Esto hará que seamos empresas más competitivas, más rentables y sobre todo con alma.