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La demanda de entregas a domicilio en supermercados se dispara… y el sistema colapsa. Shopopop, compañía especializada en entregas colaborativas, advierte de que el cuello de botella estacional afecta directamente a las ventas del canal online.
El verano es el gran test para la logística del e-commerce alimentario. En muchas ciudades y destinos turísticos, encontrar una franja de entrega en el mismo día es casi imposible. Las plataformas tradicionales saturan sus operativas, restringen el servicio a días laborables y dejan sin atender a quienes más dependen del delivery.
El cuello de botella del verano es un patrón recurrente. Las causas son estructurales, pero el efecto es inmediato: pedidos que no llegan, clientes que abandonan su compra y comercios que pierden ventas.
¿Qué lo provoca?
Según una encuesta de Shopopop, un 68 % de los usuarios ha abandonado una compra online al ver que no podía recibirla en el plazo deseado. En temporada alta, eso significa miles de cestas perdidas.
Mientras las campañas promocionales intentan atraer al consumidor digital con descuentos y envíos gratis, la logística se convierte en el punto débil. Esto genera frustración y afecta directamente a la rentabilidad. En verano, no realizar entregas a domicilio puede implicar importantes pérdidas. Y no llegar a tiempo es ceder al competidor. En un mercado donde la rapidez marca la diferencia, la conveniencia lo es todo.
Para responder, cada vez más cadenas están probando modelos alternativos, como las entregas colaborativas. El sistema, impulsado por Shopopop en España, conecta comercios con conductores particulares que reparten durante sus trayectos diarios, sin logística propia ni almacenes.
Este modelo complementa y amplía la red existente:
En ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Valencia o Bilbao, comercios y supermercados ya lo usan para reforzar su operativa estival.
“El verano deja al descubierto una realidad que no se puede seguir ignorando: la entrega a domicilio de muchos comercios no está preparada para picos de demanda ni para adaptarse al consumidor real. Las entregas colaborativas permiten ampliar la red sin romper la estructura. Y, sobre todo, permiten llegar a tiempo”, explica Clara Lloveres, Country Manager de Shopopop en España.
Aunque el colapso veraniego es el más visible, la necesidad de reinventar la logística de última milla es permanente. El consumidor ya no espera: exige. Y no se adapta a los límites logísticos de las empresas. Por eso, las soluciones bajo demanda, descentralizadas y colaborativas se posicionan como una evolución lógica, no una excepción.
En la era de la inmediatez, llegar tarde es lo mismo que no llegar. Y para los supermercados y comercios que aspiran a crecer en digital, eso ya no es una opción.